Triste
Un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) de Francia ha hecho un significativo descubrimiento en Auxerre: una necrópolis dedicada a mortinatos y niños muy pequeños. Este hallazgo arroja luz sobre las prácticas funerarias antiguas en la región, revelando aspectos únicos y específicos de estas costumbres.
Desde febrero de 2024, bajo la supervisión de la Dirección Regional de Asuntos Culturales de Bourgogne-Franche-Comté, los expertos del INRAP han estado investigando en la Place du Maréchal Leclerc en Auxerre, en preparación para su reurbanización. El pueblo galo de los senones fundó la ciudad de Autessiodurum a orillas del río Yonne en el año 30 a.C. y ganó relevancia como capital provincial durante la dominación romana.
Las prácticas funerarias descubiertas en Auxerre incluyen entierros en posición fetal y algunos de espaldas, utilizando diversos contenedores como tejas, cerámicas, ataúdes de madera, corteza de árbol, encofrados de piedra, textiles y otros envoltorios flexibles. En algunos casos, los cuerpos estaban cubiertos con fragmentos de ánforas para su protección. Estos hallazgos reflejan las normativas antiguas que situaban las necrópolis fuera de las ciudades, con áreas específicas para los niños debido a la alta tasa de mortalidad infantil.
El descubrimiento de objetos funerarios cerca de las tumbas, como fragmentos de vajilla cerámica y objetos apotropaicos, como perlas y monedas, proporciona información valiosa sobre los rituales destinados a proteger a los jóvenes fallecidos. También se hallaron pequeñas copas cerámicas colocadas junto a las cabezas de algunos niños, lo cual subraya la complejidad y el simbolismo de estas prácticas funerarias.
Este descubrimiento en Auxerre revela una notable densidad y superposición de tumbas, permitiendo el estudio de numerosas prácticas funerarias. Hasta cinco niveles de tumbas han sido observados, algo único en el mundo galorromano, donde la integridad de las tumbas debía preservarse. Este hallazgo en Francia ofrece una perspectiva única sobre las prácticas funerarias de los antiguos y plantea nuevas preguntas sobre el estatus y la percepción de los niños en la antigüedad.
