Sencillo
Es común ver cómo la suciedad se acumula en los faros de tu coche, dificultando la visibilidad y afectando la seguridad al conducir. A pesar de los lavados automáticos, los faros parecen nunca quedar completamente limpios, atrayendo bichos, barro y polvo constantemente. Sin embargo, existe un truco casero sencillo y eficaz que dejará tus faros relucientes como nuevos.
Mantener los faros limpios es crucial para asegurar una buena visibilidad en la carretera. Faros sucios no solo disminuyen la eficacia de la iluminación, sino que también pueden representar un riesgo para la seguridad al no iluminar adecuadamente el camino. Por eso, es vital dedicar tiempo y esfuerzo a limpiar los faros de manera efectiva.
El truco casero para dejar tus faros como nuevos
Para este método, solo necesitas dos ingredientes que probablemente ya tienes en casa: un limón y bicarbonato de sodio. Este truco es fácil de realizar y proporciona resultados sorprendentes en pocos minutos.
- Corta un Limón por la Mitad: toma un limón fresco y córtalo en dos mitades.
- Espolvorea Bicarbonato: agrega una buena cantidad de bicarbonato de sodio sobre la superficie cortada del limón.
- Frota en los Faros: utiliza el limón cubierto con bicarbonato para frotar los faros de tu coche. Hazlo con fuerza para asegurar que el ácido cítrico del limón y las propiedades abrasivas del bicarbonato trabajen juntos para eliminar la suciedad.
Si prefieres otra opción, puedes hacer una mezcla de zumo de limón y bicarbonato:
- Prepara la Mezcla: exprime el zumo de un limón y mézclalo con bicarbonato de sodio hasta obtener una pasta.
- Aplica con una Bayeta: usa una bayeta para aplicar esta pasta sobre los faros. Frota bien hasta que la suciedad se desprenda.
Este método no sólo es eficaz, sino también natural y económico. El ácido del limón descompone la suciedad y el bicarbonato actúa como un abrasivo suave, limpiando sin dañar la superficie de los faros. Además, evita el uso de químicos agresivos que pueden ser perjudiciales para el coche y el medio ambiente.
